A los familiares y amigos de las víctimas de la dictadura, autores de los testimonios que participaron en el proyecto de investigación y memoria «Los Latidos de la Memoria»
Antes que nada deseo expresarles todo mi amor y solidaridad a cada uno de ustedes, esposas y esposos, hijas e hijos, sobrinas y sobrinos, nietos y nietas, amigas y amigos, que escribieron los testimonios que están en la página de “Los latidos de la memoria”, el valiosísimo espacio de investigación y memoria dirigido por Karen Bascuñán y Paulina Pavez, donde hablan de los que fueron sus padres, sus abuelos, sus tíos, sus amigos asesinados por la dictadura. Esos testimonios son invaluables, expresan toda la dimensión de los crímenes que aquí se cometieron y la dimensión infinita e imprescriptible que ellos tienen. Porque no se asesina a un ser humano solo una vez, se lo asesina infinitas veces, se lo asesina en cada lugar donde pudo estar y no estuvo, en cada página del libro que pudo haber leído y que no leyó, se lo vuelve a asesinar en todos los abrazos que le esperaban, en cada sonrisa, en cada despertar, en la mañana soleada que debía cruza con su hijo de la mano y que no pudo cruzar.
Leí esos testimonios, me conmovieron más allá de lo que pudiera decir, sentí que eran parte de nuestras vidas, que lo que ustedes escribieron nos obligaba a todos a persistir en el sueño por el que ellos y ellas murieron, a no claudicar frente a un mundo de atroces injusticias, y que esa lucha por la memoria es la lucha de la humanidad por llegar a ser una verdadera humanidad y por continuar siéndolo. Me pareció entonces que la única forma que yo tenía frente a lo que estaba leyendo era escribir un poema que incorporara esos testimonios. Es lo que humildemente podía hacer, era el modo que yo tenía de gritar ¡Recuérdalos tu también!
Escribí entonces un homenaje a esos seres queridos y les agradezco profundamente a Paulina Pavez y Karen Bascuñán que me permitieran incluir diez de los testimonios que aparecen en “Los latidos de la memoria”. Tal vez, como antecedente, sea bueno señalarles es que una frase de mi poema, “Canto a su amor desaparecido”, escrito en plena dictadura, encabeza el Memorial de los detenidos desaparecidos y ejecutados políticos del Cementerio General.
El poema con sus testimonios se llama “Canto de los hijos solos” y forma parte de mi libro La Vida Nueva, que será presentado en un recital que haré el domingo 11 de noviembre a las 19:30 en el GAM. Demás está decirles que me sentiría absolutamente honrado si algunos de ustedes asistiera.
Con mi más profundo afecto, me despido abrazándolos y abrazándolas,
Raúl Zurita”.
- Abel Vilches Figueroa
- Manuel Guerrero Ceballos
- Freddy Molina Rodríguez
- Carmen Bueno Cifuentes
- Alberto Gallardo Pacheco
- Catalina Gallardo Moreno
- Enrique Ropert Contreras
- Jorge Müller Silva
- Isidro Salinas Martin
- Bernardo Araya Zuleta